Reseña : R.L.Stevenson, La isla del tesoro
Título : La isla del tesoro
Título original : Treasure Island
Autor : Robert Louis Stevenson
Traductor : María Durante
Editorial : Anaya
ISBN: 9788420712253
Nº de páginas: 288 págs.
Sinopsis :
Al día siguiente de la muerte de su padre, Jim Hawkins descubre casualmente un extraño mapa en el baúl de un viejo pirata que ha muerto en su posada. El mapa será el responsable de una emocionante expedición a una isla desconocida en busca del mítico tesoro del capitán Flint. Pero la aventura será también una especie de «viaje de iniciación» para Jim, que de huérfano desvalido pasará a convertirse en adulto, obligado a tomar decisiones por la fuerza de la adversidad y el deseo del triunfo. Una novela admirablemente construida, tanto por el propio interés de la intriga como por el carácter de sus vigorosos personajes y el lenguaje inconfundible de los mismos.
Como el buen vino, hay obras que con los años nunca pasan de moda, pero si habría que señalar una dentro de la historia de la literatura juvenil, esa sería La isla del Tesoro. Aprovechando mi última relectura de este clásico, permitidme que os presente algunas razones de por qué es indispensable en vuestras estanterías.
Stevenson nos introduce en una historia de piratas, traiciones y tesoros que no deja indiferente a ningún lector. Cuando nos adentramos en sus páginas, obtenemos un pase completo para observar y disfrutar de las emocionantes aventuras, conflictos y alegrías de un viaje en alta mar. El lector se sumerge en una reconstrucción maravillosa de la época, gracias a unas descripciones tan profundas y trabajadas que le permiten ser tripulante de esta gran aventura.
La obra también destaca por su polifonía, ya que está narrada a varias voces. Las voces principales son las de Jim Hawkins y el Doctor Livesey, aunque la potente voz del narrador se introduce también en muchas partes. Para su facilidad (desconozco si es anotación de mi edición) se nos señala quien es el narrador en cada capítulo. Los personajes están muy bien trabajados y es necesario prestarles atención para observar su singularidad. Creo que deberíamos destacar a dos personajes por encima del resto, que serían los dos grandes protagonistas Jim Hawkins y John Long Silver.
Jim Hawkins es un personaje con un crecimiento enorme a lo largo de la novela. Realiza una transición de niño a adulto de una manera muy brusca y con un valor sorprendente. Pasa de vivir encerrado en una taberna soñando con grandes aventuras a verse integrado en la mayor aventura que pudiese imaginar. Demuestra su valor en muchas ocasiones y también su ambición. Hawkins puede ser considerado un pirata en potencia, pero la diferencia es que en su búsqueda no existe la ambición por el oro y los tesoros. Su afán reside unicamente en vivir la aventura.
John Long Silver es diferente al concepto prototípico de pirata. Es un hombre mesurado y muy racional que tiene el poder de comandar a un grupo solo con el intelecto y la manipulación. Es un pirata que no se deja llevar por las obsesiones sino que espera su oportunidad pacientemente. Es un pirata tan temible como venerable. Sus acciones son tan capaces de enjuiciarle como de compadecerse y sensibilizarse con él. La conexión entre estos dos personajes pasa por distintos puntos que la hacen inolvidable
Para terminar debo realizar varios apuntes respecto a mi edición de Anaya de este gran clásico. La ilustración de R.L.Stevenson de la solapa que realiza Enrique Flores me parece preciosa. Destaco también el apéndice final de Santiago R. Santerbás porque resulta muy iluminador para los que quieran aprender más sobre el autor o detalles de la producción de la obra. Todo ello contado de una manera divertida y original con el loro Flynt de por medio. Por desgracia no todo es tan positivo, dispone de algunos errores ortográficos y tipográficos del texto. Mi edición corresponde a la 4ª Impresión (Octubre de 2004) así que espero que hayan corregido los errores en ediciones posteriores.
Recomiendo leer La Isla del Tesoro de manera muy encarecida. Siempre que os digan que la literatura juvenil no tiene valor ni clásicos, es que no han leído esta maravilla.
