Gemma do Carmo: "El teatro lo es todo para mi"
Gemma do Carmo es una actriz gallega y profesora de arte dramático. Estudió interpretación en la escuela Cristina Rota de Madrid y ha realizado diversos cursos de formación actoral con una gran cantidad de profesionales del sector. Debutó muy jóven en televisión de la mano de la exitosa serie juvenil española "El internado" (Antena 3, 2010) y actualmente se encuentra en el rodaje de la nueva serie "Vivir sin permiso" (Telecinco, 2018).
En teatro destaca su participación en "A Malquerida" (2014-2015) producida por la compañía de Teatro de Ribeira y dirgida por Chiki Durán onde interpreta o papel de Acacia.
Fotografía: Extraída da ficha da actriz no catálogo da aaa.gal.
- ¿Qué significa el teatro para Gemma? ¿Por qué decide estudiar interpretación?
El teatro me hace sentir todo tipo de emociones, lo descubrí a los 8 años, de la mano de Chiki Durán profesor y director de Teatro y desde entonces descubrí lo mejor de mi vida. Ilusión, pasión, dedicación, devoción, me llena en todos los sentidos. El teatro en esencia lo es todo para mí.
Decidí estudiar interpretación porque era mi sueño, era lo único que me motivaba desde que amanecía hasta que anochecía. Antes de irme a Madrid estudié administrativo y tripulante de cabina de pasajero, lo que se conoce popularmente como “azafata de vuelo”, pero cuando terminé le dije a mis padres que no quería trabajar en ninguno de esos sectores. Tenía muy claro que quería estudiar interpretación en Madrid y unos meses después allí estaba.
- ¿Su vena artística le ha llevado a participar de otras artes?
Nada de nada. Escribir se me da fatal, lo intento a menudo en mi casa y de mi ordenador no salen esos textos. (Risas). Me encanta leer, me apasiona, incluso en voz alta. Respecto de la música, en el colegio tocaba la flauta y era desastrosa. ¡Solo me aprendí una canción!.. La pandereta se me daba mejor pero, en general soy negada para la música. De hecho soy negada para el arte en general (risas). Eso sí, tengo facilidad para expresar sentimientos tanto propios como ajenos.
- ¿Piensa que desde los organismos públicos se apoya lo suficiente a los artistas y sus iniciativas artísticas?
Bueno la verdad es que cada vez tenemos más apoyo. Los organismos públicos cada vez se implican más en la cultura y le dan cabida al teatro en su programación. Al menos, mucho más que antaño. En la zona donde yo vivo, Barbanza, cada vez son más las obras, conciertos o cortos realizados por gente de la zona porque se les da mucha más visibilidad y los organismos públicos se interesan por sus trabajos y eso es algo muy positivo que debería ir cada vez a más.
- Debutó muy joven en televisión participando en la serie “El internado” emitida por Antena 3. ¿Qué recuerdos guarda de su participación?
Bueno para mí fue algo inesperado. La prueba que estaba realizando junto a Andrés Cuenca, director de casting de Globomedia, no era ni de lejos para un personaje en El internado pero todo salió a pedir de boca.
Los compañeros que me tocaron de rodaje fueron muy amables y, a pesar del cansancio, tanto el equipo como la atención fueron inmejorables. Por aquel entonces estudiaba en la escuela de Cristina Rota y fue ella la primera que me ofreció su apoyo y consejos a la hora de aparecer en el set de rodaje. Fue una etapa muy bonita de mi vida donde las personas que conocí siguen formando parte de mi vida en la actualidad.
- ¿Cómo fue participar en la obra teatral "A malquerida" dirixida por Chiki Durán?
Fue algo mágico e inesperado, ya que yo acababa de volver de Madrid. Chiki se me acercó y me propuso el papel de Acacia en “A malquerida “. Volver a trabajar con él, que fue mi primer profesor de Teatro, hacía la experiencia muy emocionante e irrechazable.
Fotografía de "A malquerida" cedida pola entrevistada.
- Háblenos un poco de su personaje en esta obra.
Acacia es una joven que a pesar de su buena posición en la escala social le cuesta mucho encontrar pareja. Durante la obra asistimos a su segundo intento de boda, y su prometido aparece muerto la misma noche antes de la ceremonia. Deciden acusar a su primo, que fue su prometido, el cual desapareció y la dejó días antes de la boda sin motivo aparente. Ella siempre fue muy fría y esquiva desde la muerte de su padre, convive como puede con su padrastro. El nuevo marido de su madre llegó cuando ella era casi una niña y la trató siempre como una reina pero Acacia no consigue verlo como un padre ni quererle ni ser afectuosa con él o su madre.
- ¿Qué nos puede adelantar de su participación en la próxima serie de Mediaset Vivir sin permiso?
Pues la serie Vivir sin permiso, tendrá de todo: acción, intriga, venganza, historias de amor y odio. Mi personaje es Chon la mujer de Nemo, pero de joven. En el futuro son algunos de los personajes principales interpretados por José Coronado y Pilar Castro. La función de mi personaje ayuda al público a comprender como se desenvolvió la relación entre ellos en el pasado, desde como se conocieron, momentos antes de la boda, el embarazo...
- Si tuviera elegir entre audiovisual y teatro. ¿Con cuál se quedaría?
Pues…. te hubiera dicho teatro sin pensarlo hace unos meses, pero ahora que estamos rodando esta serie la verdad es que me sentí muy cómoda con todo el equipo y los compañeras. Cada día estaba muy emocionada con el hecho de ir a grabar. Tanto que me daba igual la lluvia, el sol o el frío. Me lo pasaba pipa. Pero una cosa es cierta, lo que te da el teatro, no te lo da la televisión. En el teatro es todo en el momento, el aquí y ahora, con lo que tengas empiezas y acabas el transcurso del personaje sin que nadie te corte o limite. En la televisión te cortan todo el rato y cuesta más mantener el personaje porque tienes más distracciones, pero vale la pena igualmente.
- Para terminar. ¿Tiene algún proyecto en marcha del que nos pueda adelantar algo?
Por ahora seguir dando clases de teatro en colegios a niños pequeños, y a los no tan pequeños (risas). Ellos son un proyecto que espero que sea a largo plazo. Empecé con miedo estas sesiones pero después de cuatro años con ellos puedo decir que es un trabajo muy satisfactorio. Tanto que me he abierto a dar clases en más centros de estudios. Los niños aportan frescura, inteligencia y espontaneidad, son pura improvisación y maravillosos, un gran descubrimiento.